domingo, noviembre 18, 2007
Inti-Illimani en Puebla
Sábado 18 de noviembre a las 20:00 hrs.
Zócalo de Puebla abarrotado por todo tipo de personas, entonando un sólo himno, una sola voz que retumbaba: "El Pueblo Unido Jamás Será Vencido".
A pesar del pleito judicial que la agrupación chilena Inti-Illimani tiene por el uso del nombre, -ya que solamente Jorge Coulon permanece como miembro creador, en tanto de Horacio Salinas, Horacio Durán y José Seves, entre otros, se retiraron hace algún tiempo y crearon una agrupación alternativa llamada Inti-Illimani Histórico-, los poblanos lo pasaron por alto para reunirse entorno a la música que marcó un hito dentro de la histora, no sólo por el contenido social y el colorido artístico, sino por la relevancia de esta agrupación dentro de los sucesos ocurridos en Chile en 1973, más específicamente, el golpe de estado al gobierno de Salvador Allende.
Inti-Illimani, como es bien conocido, permanecieron exiliados durante 15 años en Italia, país donde desarrollaron su carrera de músicos y activistas sociales; difundiendo la música folclórica latinoamericana al mismo tiempo que aprendían y mezclaban los estilos de la música étnica del país adriático.
El concierto se desarrolló de manera magistral, con la ya bien conocida capacidad técnica de sus integrantes, especialmente en el charango, ya que cada que empezaba el rasgueo de este instrumento, la gente arremetía con júbilo y emoción. Las canciones más coreadas, quizá, fueron "El Aparecido" de Víctor Jara, "Sobre tu Playa", "Samba Landó" y, con especial énfasis, "El Pueblo Unido Jamás Será Vencido" de Quilapayún. Cabe destacar, asimismo, que desde el principio del concierto la gente pedía, casi con ansiedad, esta última pieza, ya que Inti-Illimani fue quien difundió este himno internacional de protesta. La interpretación de "El Pueblo Unido Jamás Será Vencido", fue similar -con un solo de guitarra al principio- al del disco en vivo, Viva Italia, que conmemora el 30 aniversario de la agrupación, y de la misma manera, el concierto concluyó con "La Fiesta de San Benito".
Este es uno de los conciertos más emotivos a los que he asistido en mi ciudad. Hay que reconocer la calidad de los músicos, pero también el calor que irradian sus canciones, la unidad que provocan en la gente, y esa fuerza que a pesar de los años no desiste: la resistencia.
Nota: Esuché a mucha gente pedir el himno "Venceremos"; de hecho Ricardo, Emmanuel, Alfredo y yo, gritamos al unísono ¡VENCEREMOS!; sin embargo, a veces el esquema de los conciertos no se rompe. También hay que entender que Inti-Illimani quiere dejar un poco atrás el pasado, sobre todo las canciones que apelan directamente a la resistencia, a la protesta, y que ellos sean recordados principalmente por su música, lo cual es entendible.
Nota2: En la actualidad hay dos agrupaciones de Inti-Illimani, como lo comenté al principio: Inti-Illimani Histórico, y la que escuchamos, Inti-Illimani Nuevo, nombre que tienen que usar en tanto la corte da un fallo para derechos del nombre; sin embargo, ellos se niegan a usarlo. A pesar de todo, la fuerza de la agrupacion esta latente, esperemos que cualquier decisión que se tome en el futuro sólo sea para bien de la música.
jueves, septiembre 20, 2007
Chopin
por qué me gusta tanto el piano,
simplemente vuelvo
a escuchar a Chopin.
[Balada No. 1 Op. 23, interpretada por Krystian Zimerman]
jueves, septiembre 06, 2007
Pavarotti (En memoria)
domingo, septiembre 02, 2007
Al piano lo toca Satie
Si alguien escucha la obra de Eric Satie, que no sólo se trata de escuchar las Gymnopedias, tal vez no parezca la obra de un compositor revolucionario como Igor Stravinsky o Arnold Schoenberg; sin embargo, es revolucionario en tanto se sitúa al extremo de la "obra de arte total" de Richard Wagner; es decir, un arte simple, de armonías que se despegan de la armonía tradicional, pero que nunca se convierten en disonancias totales. En Satie no hay estridencia, pero tampoco hay pulcritud absoluta.
Yo opino que su obra musical era como su temperamento, es decir, relajado, irónico, incluso sarcástico. En muchas ocasiones hizo sátiras de algunas obras, como la "Sonatina burocrática" que ironiza una muy conocida Sonatina de Clementi. O basta con dar un vistazo a algunas partituras de Satie, como las Six Gnossiennes, en las que le da indicaciones inesperadas al pianista. A continuación las indivaciones de la Gnossienne No. 3:
Conseillez-vous soigneusement - Aconseje cuidadosamente
Munissez-vous de clairvoyance - Provéase de clarividencia
Seul, pendant un instant - Solo, durante un instante
De manière a obtenir un creux - De forma que obtenga un hueco
Très perdu - Muy perdido
Portez cela plus loin - Lleve esto más lejos
Ouvrez la tête - Abra la cabeza
Enfouissez le son - Entierre el sonido
Y aunque parezcan descabellados, estas indicaciones "afóricas", son el resultado del pensamiento poético del compositor. De esta manera yo tuve la idea de crear mis propios aforismos "à la Satie" y elaborar un poema en su memoria, y lo titule "Al piano lo toca Satie".
(Evite toda exaltación sacrílega)
Con los dedos pinchados
por una aguja de coser
Con moretones
en las teclas
siéntese sobre el alma
del piano enajenado
trate de no maldecir
cuando toque esto
silbe una tercera
más alta que la melodía
ahora lo mismo
pero tarareando
trote con los pies
repita este compás
1,384,234 veces
(Siga sin perder el conocimiento)
Gnossiene n. 3, interprété par Janne Mertanen
martes, agosto 14, 2007
Chico Marx
jueves, agosto 02, 2007
Favor de no dispararle al violinista
[las cuerdasA Silvestre Revueltas
hacen surcos
en el aire]
música de feria
tocaba en madrugada
mientras los patos
y canarios lo
acompañaban
en el patio
un grillo hacía
el bajo ostinato
hasta que el gallo
anunció
el desenlace
[escúchese
el sonido
de un tranvía]
durante el día
pernoctaba
en su silencio
y todo el pueblo
cantaba coplas
de otros tiempos
así en Durango
o en Chicago
o donde sea
un revoltoso
se enredó
en las cuerdas
y calló a los
conservadores
en sus aulas
no así eludió
otras desgracias
y como renacuajo
fue engullido
por las fauces
/del viento/
[los vientos
engullendo
al renacuajo
paseador]
sábado, julio 21, 2007
Dos noticias (ficticias) de un encuentro (inventado)
A ello el compositor responde «No, yo creo que la gente sabe perfectamente bien lo que les interesa. Y alguna vez Karlheinz y yo hablamos e intercambiamos ideas. ¿Conoces la historia del silbido?»
«No, no creo», confiesa el periodista.
J.C. «Bueno, él había escrito una canción para Cathy Berberian, a quien yo también compuse algunas obras. En mi visita a Darmstadt me hizo la siguiente pregunta: “si estuvieras escribiendo para una cantante, ¿escribirías música, o escribirías para la cantante?” Y yo contesté, naturalmente: “Escribiría para la cantante”, a lo cual replicó: “bueno, esa es la diferencia entre tú y yo, porque yo escribiría música” Así que escribió la canción para Cathy, donde le pedía que silbara. Ella no podía silbar. Así que esa es la diferencia entre nosotros dos».
/Risas/
[al mismo tiempo, pero del otro lado del Atlántico]
Como en raras ocasiones, Karlheinz permitió ser entrevistado. El periodista, que temblaba un poco, preguntó la opinión que tenía de los compositores norteamericanos, en especial de aquel defensor de la indeterminación y el azar en la música, John Cage.
Karlheinz casi siempre reacio a preguntas directas, dice lo siguiente «¿Conoce usted aquella anécdota de Cathy Berberian y una canción que compuse para ella?».
/El periodista niega con la cabeza/
K.S. «Bueno, sucedió, si mal no recuerdo, de esta manera. Yo sabía de Cathy por Luciano [Berio], en esos momentos estaban de visita en Darmstadt. Eran buenas épocas, a finales de los 50, cuando asistían a dar seminarios Boulez, Ligeti, Kagel, y muchos otros; yo mismo impartí varias conferencias de música electroacústica y los avances que hasta esa época fueron tan determinantes para nosotros. Cage también estaba en Alemania, y todos sabíamos del gran potencial de la voz de Cathy. Así que decidí escribirle una canción, una en la que luciera su voz sin acompañamientos. Alguna vez me encontré con John Cage, y le hice una simple pregunta: “si estuvieras escribiendo para una cantante, ¿escribirías música, o escribirías para la cantante?”; él dijo que escribiría para la cantante, y de alguna manera intuía su respuesta, ya que era común que escribiera música para intérpretes determinados, como las composiciones que hizo para Joan La Barbara. Y claro, yo respondí: “bueno, esa es la diferencia entre tú y yo, porque yo escribiría música”. Después me enteré que Cathy no podía silbar, y la obra exigía que silbara. Creo que John ahora se mofa de eso, y va contando esa anécdota a todos lados. Tan fácil que era simplemente darle un silbato… ».
«¿Y qué opina de… de… de John Cage?», tartamudea el periodista, quien no logra interpretar la respuesta anterior.
/Karlheinz lo mira fijamente. Se levanta de su asiento/
[La entrevista ha concluido]
domingo, julio 08, 2007
Al Piano en Silencio
Un pianista
de alta estampa se
sienta ante el piano
como un gélido
hielo
cierra la tapa
y activa
al silencio
[33 segundos después]
abre y cierra
la tapa
del piano
la gente murmura
en sus asientos
[2 minutos 40 segundos
después]
abre y cierra
la tapa
nuevamente
para callar
los tosidos
deambulando
entre el
silencio
[1 minuto 20 segundos
más tarde]
el pianista
abre la tapa
del piano
los aplausos
no callan
al silencio
reinante
miércoles, junio 06, 2007
Orquesta
las tubas revientan
el arpa se enciende
la viola se encrespa
la flauta no miente
y delante de la orquesta
mirando ensimismado
me encuentro yo sentado
tratando de perderme
perderme en el sonido
quién sabe de donde viene
yo sólo lo percibo
en mi oreja adormecida
y al fondo de la orquesta
los hombres yacen muertos
el fulgor se hace presente
en los ojos de la audiencia
/
hay sordos como siempre
snobs bien conocidos
que esperan el final
para aplaudir enardecidos
para ellos no hay catarsis
fue un acto y protocolo
las damas ataviadas
los hombres bien vestidos
/
se acercan perfumados
al director de la orquesta
halagándolo por un acto
que nunca han presenciado
los cellos sedientos
de oídos lustroso
de voces que callen
de asientos vacíos
al final los aplausos
de aliento o de ausencia
algunos no aplauden
la música no cesa
martes, mayo 29, 2007
Yo-Yo Ma en Bellas Artes
Isaac Stern, Yo-Yo Ma y Carlos Prieto
El próximo 11 de junio, el afamado cellista francés de orígen chino, Yo-Yo Ma, se presentará en el Palacio de Bellas Artes, con la pianista Kathyrin Stott. Ambos músicos poseen las características del virtuoso postmoderno, en especial el cellista, que como niño prodigio, conquistó a una audiencia masiva a través de diversas campañas mediáticas, especialmente en Europa, Estados Unidos y Asia.
El gran recital estará coronado con la presencia del mejor cellista mexicano, Carlos Prieto, quien además es un importante difusor del arte y la música en nuestro país. El mismo Carlos Prieto, que es un viejo conocido de cellistas de la talla de Ma, y el recientemente fallecido Rostropovich, se refiere así del cellista francés: Pablo Casals fue la gran figura del violonchelo de la primera parte del siglo XX; Mstislav Rostropovich, la de la segunda mitad. En nuestros días, al acercarse la nueva centuria, la figura dominante en el universo del violonchelo es Yo-Yo Ma, por su musicalidad, su técnica, su extraordinario carisma y su polifacética actividad tan enriquecedora no sólo del violonchelo sino de la música en general.[1]
Yo-Yo Ma es un artista ecléctico, que ha incursionado en cualquier cantidad de estilos, por lo que su discografía es bastante extensa, pues va desde dos grabaciones de las 6 Suites para cello solo de Bach, los conciertos de Dvorak, Elgar, Saint-Säens, Shostakovich, etc., las Sonatas para Cello de Brahms y Beethoven, hasta música brasileña y Astor Piazzolla; eso sin mencionar que ha participado en varios soundtracks, como Memorias de una Geisha y Master and Commander.
No es la primera vez que visita en México, lo hizo por primera vez en 1994. Carlos Prieto comenta que tocaron a dúo cuando lo visitó en su casa, ambos con violonchelos Stradivarius, Yo-Yo Ma con el Davidov, y Prieto con el Piatti. Me pregunto si esta ocasión será un encuentro histórico, no sólo de grandes cellistas, sino de dos cellos que poseen su propia historia.
Yo-Yo Ma (Davidov) y Carlos Prieto (Piatti)
Aún no sé si podré asistir, no sólo porque ese día tengo clase, sino porque los precios del concierto oscilan entre $150 y $1500. He estado en Bellas Artes, y créanme, no vale la pena sentarse hasta atrás.
[1] Prieto, C. (1998). Las Aventuras de un Violonchelo. México: Fondo de Cultura Económica
sábado, mayo 12, 2007
jueves, abril 26, 2007
lunes, marzo 12, 2007
martes, febrero 20, 2007
Gotan Project - Del arrabal al lounge
Cuando Astor Piazzolla inauguró el Nuevo Tango, tal vez no imaginaba los alcances que tendría el añejo sonido del bandoneón en todo el mundo. Una cosa es cierta, y lo confirma Borges en Evaristo Carriego, el tango (sea bonaerense, oriental o platense [nadie se pone de acuerdo]) nació en los lupanares, entre duelos y dagas, canciones y guitarras, entre hombres valientes y desalmados; pero sobre todo, entre la soberbia y la muerte. Esos muertos viven: en el tango (El tango, poema musical, de Borges y Piazzolla).
Estaba buscando (variaciones en un tema de John Adams)
Estaba buscando en el techoA John Adams
Y entonces miré el cielo
Estaba buscando tu huella
Y entonces encontré una brecha
Estaba buscando a dios
Y entonces miré el paraíso
Estaba buscando un aura
Y entonces miré tu karma
Estaba mirando hacia el sur
Y entonces me encontré contigo
Estaba buscando el norte
Y entonces miré una sombra
Estaba buscando en la niebla
Y entonces miré tu jadeo
Estaba buscando utopías
Y entonces miré una sonrisa
Estaba mirando mi alma
Y entonces hallé esperanza
Estaba buscando en tu foto
Y entonces me puse en tu mirada
Estaba buscando en la lente
Y entonces te perdiste en el tiempo
Estaba atrapando un sueño
Y entonces todo quedó desierto
Estabas sentada a la orilla de la cama
Y entonces se reveló mi destino
Estabas desierta en mi mirada
Y entonces te derribé de un pestañeo
Estabas desnuda en mi recuerdo
Y entonces miré a la ventana
Estabas desnuda en mi alcoba
Y entonces levanté la mirada
Estaba buscando en el techo
Y sin querer miré el cielo
Luis Alvaz
2 - enero - 2005