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lunes, octubre 26, 2009

Lección de música (de Douglas F. Hofstadter)

Otra vez el Ismo* 


Cage ha encabezado un movimiento dirigido a anular los límites entre arte y naturaleza. En música, la noción correspondiente es que todos los sonidos son iguales: una especie de democracia acústica. Así, el silencio tiene exactamente la misma importancia que los sonidos organizados. Leonard B. Meyer, en su libro Music, the Arts, and Ideas, ha denominado "trascendentalismo" a este movimiento musical, y afirma:
Si la distinción entre arte y naturaleza es errónea, la evaluación estética carece de pertinencia. No hay mayor fundamento para juzgar una sonata para piano que para juzgar una piedra, un trueno o una estrella de mar. "Los enunciados categóricos tales como correcto e incorrecto, bello y feo, típicos del pensamiento racionalista de la estética tonal", escribe Luciano Berio, "ya no son útiles para comprender por qué ni cómo un compositor actual trabaja con las formas audibles y la acción musical".
Más adelante, Meyer expone la posición filosófica del trascendentalismo:
... Todas las cosas, en todo tiempo y espacio, están inextricablemente conectadas entre sí. Todas las divisiones, clasificaciones y distribuciones asignadas al universo son arbitrarias. El mundo es un acontecimiento complejo, continuo y único.
Creo que "trascendentalismo" es una denominación excesivamente abultada para este movimiento. En su lugar, yo lo llamaría "ismo". Tratándose de un sufijo sin prefijo, sugiere una ideología sin ideas, lo cual, pese a lo que pueda interpretar el lector, quizá sea el caso. Y, puesto que "ismo" abarca lo que sea que fuere, es una denominación perfectamente adecuada. Ismo es el espíritu del zen en el campo del arte; y, así como el objetivo central del zen es el desenmascaramiento del yo, el problema central del arte de nuestro siglo parece ser el descubrimiento de qué es el arte mismo. Todos estos estremecimientos son parte de sus crisis de identidad.

Ya hemos visto que la dicotomía uso-mención, cuando es desarrollada, se transforma en el problema filosófico del dualismo símbolo-objeto, el cual, a su vez, se vincula con el misterio de la mente. A propósito de su cuadro La condición humana I, Magritte escribió:  
Frente a una ventana, vista desde el interior de una habitación, coloqué una pintura que representaba exactamente la parte del paisaje que quedaba oculta por la propia pintura. En consecuencia, el árbol representado impide la visualización del árbol situado detrás suyo, fuera de la habitación. Por así decir, el árbol existe de dos formas simultáneas en la mente del espectador: dentro del cuarto, en la pintura y fuera del cuarto, en el paisaje real. Y esto se asemeja a la manera en que vemos el mundo: lo consideramos exterior a nosotros, pese a que no es sino una representación mental de nuestras experiencias internas.


_____________________
* Hofstadter, Douglas F. (2007). Gödel, Escher, Bach. Un Eterno y Grácil Bucle. Fabula Tusquets Ediotores. Págs. 785 y 787. 

domingo, agosto 30, 2009

Mirada sonora

Hay un pedazo de mí que se escapa de la música...

ese trozo de silencio absorbe con sus ojos las melodías adversas del tiempo

traza una melodía torpe que marcan los pasos en la banqueta

se consume mientras los otros caminan en cadencias sinuosas y tangentes


en una bicicleta sin ruedas volamos por veredas invisibles

heridos por el viento de las voces que no callan

zigzagueamos zigzagueamos zigzazigzazigza...

como el sonido que no cabe en los oídos

viernes, julio 31, 2009

Intervalo vacuo

Del ruido
                al silencio
hay un
               fragmento
de la
                nada

en ese abismo
                  de
                     sombras
pernocta
              un murmullo
que no
                sale
de tu
                 boca

Del ruido
                al silencio
hay un
          intervalo
                        vacío

es un
        sonido
                  inconexo
que sólo
           escuchan
                los ciegos

Oliver Messiaen, Quatuor pour la fin du temps, III. Abîme des oiseaux, interpretado por el Cuarteto Messiaen

miércoles, junio 03, 2009

El grito del silencio (Especial voces contemporáneas)

El Grito del Silencio

Programa especial dedicado a los cantantes contemporáneos.

El grito del silencio (Cantantes contemporáneos, parte 1)
Urcloud.com
[Duración: 33 minutos]
Fátima Miranda, Demetrio Stratos y Cathy Berberian

El grito del silencio (Cantantes contemporáneos, parte 2)
[Duración: 27 minutos]
Badi Assad, Diamanda Galás, Meredith Monk, Dawn Upshaw


viernes, mayo 29, 2009

Fragmento de "La Ignorancia"* (Milan Kundera)


[Ver también Kundera sobre Schoenberg]

Ya en 1930 [Schoenberg] escribía: «La radio es un enemigo, un despiadado enemigo que avanza irresistiblemente y contra la que toda resistencia es vana»; la radio, «sin sentido alguno de la medida, nos atiborra de música (...), sin preguntarse si queremos escucharla, si tenemos la posibilidad de percibirla», de tal manera que la música pasa a ser un simple ruido, un ruido entre otros ruidos.

La radio fue el pequeño arroyo en el que todo empezó. Llegaron después otros medios técnicos para reproducir, multiplicar, aumentar el sonido, y el arroyo se convirtió en un inmenso río. Si antaño se escuchaba música por amor a la música, hoy aúlla constantemente por todas partes «sin preguntarse si queremos escucharla», aúlla por altavoces en los coches, en los restaurantes, en los ascensores, en las calles, en las salas de espera, en los gimnasios, en las orejas taponeadas por los walkman; música reescrita, reinstrumentada, acortada, desgajada, fragmentos de rock, de jazz, de ópera, flujo en que todo se entremezcla sin que se sepa quién es el compositor (la música convertida en ruido es anónima), sin que se distinga el principio del fin (la música convertida en ruido no sabe de formas): el agua sucia de la música en la que muere la música.
________________
Kundera, M. (2005). La Ignorancia. Maxi Tusquets. Fragmentos tomados de las páginas 147 y 148.

... y es que los sonidos son promiscuos, pues fornican con todos los oídos.

Sonidos promiscuos

lunes, abril 06, 2009

60 X 60 a circle of sound


Counting Time

La idea es similar a lo que realizó Guy Livingston con Don't panic, 60 seconds for piano (que ya había posteado anteriormente). Sesenta compositores crean una obra de un minuto o menos. Sin embargo, a diferencia del proyecto de Livingston, éste fue pensado para ser un concierto, y más adelante se editó un disco con todas las piezas.

De acuerdo con lo que dice la página de la casa productora del disco (Vox Novus), el material está hecho para escucharse de tres maneras (muy estilo Rayuela): en primera instancia, como está dispuesto, es decir, en el orden de los tracks; la segunda de forma aleatoria; y por último, escuchar cada pieza por separado y de forma repetida, para descubrir los métodos compositivos de cada autor.

El disco es una especie de composición en colectivo, y aunque en realidad es bastante ecléctica, es inevitable percatarse de los estilos diversos de los creadores de cada pieza.

El proyecto en sí es bastante interesante, no sé si el resultado será el esperado, pues un disco jamás causará el mismo impacto que un concierto. Aun así, me parece que vale la pena darle una oída a este proyecto.

En la página de Aula Electroacústica están las ligas para bajarlo.

miércoles, marzo 04, 2009

Music Box



Músicos
           invisibles
los que
con manos
           tangibles
suministran
vida a los
artilugios
           autómatas

un cucú
que canta o
magnifica al
sonido que se
cruza en su camino

un carrusel
          cabalga
la música
inflamada

la tristeza
de una pianola
           preparada

cuerda a cuerda
o trino a trino

una chasquido
se convierte
en cinta

una lámina
que aguarda
el zumbido
de una mosca

el
métrico
pulsar
de los silencios
entre cada
sonido

el rollo
sucumbe
ante la
inercia

las notas
una

     a

         una

               se

                    disipan

                                  en

                                             la

                                                       nada


viernes, enero 02, 2009

De cronopios y silencios

Si Xenakis es un cronopio para días secos y apolíneos[1], quizá John Cage sea un cronopio para escuchar en un momento azaroso y dionisíaco.



El vacío habla en silencio

como nada
             nace la nada
                              de la nada
                                            y en silencio
                                                            cabe el silencio
                                                                              en el silencio
                                                                                            de un vacío
                                                                              nutrido de nada
                                                            o de silencio
                                            que se calla
                              para no decir
             nada y vacío
vacuo rumor

en eterno estado silencioso

Aluisvaz

Imaginary Landscape No. 1

Los ruidos de John Cage

NOTAS
1 [...y en vez de escuchar por ejemplo a Xenakis que es un cronopio para días secoes y apolíneos... pág. 169] Cortázar, J. (1967). La Vuelta al día en ochenta mundos, vol. 2. Melancolía de las maletas. Siglo XXI Editores.

miércoles, noviembre 12, 2008

En los zapatos de John Cage



Donde quiera que estemos lo que más oímos es ruido.
Cuando lo ignoramos nos molesta.
Cuando lo escuchamos nos parece fascinante.

Música es sonidos, sonidos alrededor nuestro, así estemos dentro o fuera de las salas de concierto.

El silencio es la posibilidad de ser música.

People have two ears. They should be able to listen in at least two different ways

The material of music it's sound and silence, integrating these is composing: I have nothing to say and I am saying it.

Le seul problème avec les sons, c'est la musique.

Cuando oigo lo que llamamos música, tengo la impresión de que se trata de alguien más que me habla, y que habla de sus sentimientos, o de sus ideas sobre las relaciones, pero cuando oigo la circulación, el sonido de la circulación [the sound of traffic], aquí, en la Sexta avenida, no tengo la impresión de que alguien me hable. Tengo la sensación de que el sonido actúa [the sound is acting], y amo la actividad del sonido; es más fuerte o menos fuerte, más agudo o más grave, y esto me satisface completamente. No tengo la necesidad de que el sonido me hable. (…) La gente espera de la escucha que ésta se más que una escucha y, a veces, emplea expresiones como «la escucha interior» o «el significado del sonido». Cuando hablo del sonido, la gente termina por comprender que hablo del sonido, que no tiene significado, que no es «interior» sino «exterior» [it’s non inner, but it’s just «outer»]. Amo los sonidos tal como son. Los que lo entienden acaban por decir «¿quiere decir que no son más que sonidos?» y piensan que lo que no es más que un sonido es inútil [useless]. (…) Amo los sonidos tal como son; no quiero que los sonidos pretendan ser otra cosa, que un sonido pretenda ser un presidente, o que está enamorado de otro sonido. Sólo quiero que sea un sonido, y no soy tan tonto.

Puesto que antes había tomado por verdadera la razón para componer música que me había transmitido Gita Sarabhau de su maestro en la India, según la cual hay que serenar y tranquilizar la mente a fin de que sea receptiva a las influencias divinas, en respuesta a la lección de Suzuki determiné, antes que ir hacia adentro, ir hacia fuera, a fin de usar las operaciones del azar como una disciplina en mi música, una disciplina que confiaba era equivalente a sentarse con las piernas cruzadas en posición de loto, con la fe de que la estructura de la mente es en efecto oval (una estructura continua), y que mis composiciones musicales serían resultado no de la expresión de mi yo, sino de la alteración de mí mismo.

La música no comunica realmente a la gente. O si lo hace es en una manera muy, muy diferente de la que existe de persona a persona.

El significado esencial del silencio es la pérdida de atención... el silencio no es acústico. Es un cambio de mentalidad. Un punto de vuelta 

In a landscape

John Cage en el programa Écoute de Michel Fano
(la séptima cita es el texto de este video)

viernes, agosto 22, 2008

Dos Poemas de Eduardo Lizalde

POEMA DEL SILENCIO

A John Cage
por su concierto de 4'33''

Nada
[pasa un minuto;
el público tose]

Ni una sola palabra
[dos minutos después abandona
la sala el 50% de los asistentes,
que eran 20]

La era del poema ha
                           concluido.
[Un minuto 33 segundos después,
el resto de los asistentes
sale desolado en compañía
del fértil poeta, como
después de un buen partido de futbol sin goles]


PLAYBACK

Nada nuevo esplende bajo nuestro sol.
Cada vez que empuñamos la pluma
o abrimos la gran boca de arrogantes
                                  poetas
suena alguna otra voz a nuestra
                        espalda
Intentamos cantar cierta inédita
                          tonada
y ya retumba en el oído memorioso
   el timbre de algún grande heldentenor.
Sólo hacemos play back,
Play Bach, Play Bartok y Play Brahms.
No nos deja cantar la grande música
                             de fondo
que ruge como un mar tras de nosotros.

sábado, julio 26, 2008

Whenever we hear sounds...

[Poema creado a partir de la frase de Karlheinz Stockhausen: «Whenever we hear sounds we are changed, we are no longer the same...»]





[click para ampliar]
 
[click para ampliar]



Mozartmix, de John Cage


[Agradecimientos especiales a Diego (Maqroll), por la corrección de estilo en el poema]

miércoles, julio 09, 2008

Sobre la atonalidad




La atonalidad, decía Alan Hovhaness, es antinatural, ya que hay un centro en todo lo que existe: los planetas tienen el sol, la luna tiene a la tierra.



Sin embargo, le diría a Alan Hovhaness, quien compuso con voces de ballenas, que el sonido que emiten los cetáceos no está tutelado por el sistema temperado.



Si la tonalidad es la voz natural que rige los sonidos y los cantos de las aves; si la tonalidad es la voz perenne de los dioses y los astros, ¿por qué está sujetada a los designios de los hombres?, ¿por qué se rige por cinco líneas paralelas?, ¿acaso sólo hay 24 opciones mayores y 24 menores para combinar todos los sonidos?



Con este escrito no acuso a uno de los más grandes compositores del siglo XX; con este escrito no acuso al defensor de la escritura musical de los grandes maestros. Con esta carta simplemente cuestiono a las escuelas que aún usan los argumentos del pasado para rebatir los sonidos y los ruidos liberados.



Si la atonalidad es antinatural, valdría la pena comenzar a modular nuestra voz y los latidos del corazón; despojar de sonido a las olas y al viento, para que éstos se sometan a los sonidos de la música occidental.



Luis Alvaz

martes, mayo 27, 2008

Cuerdas silentes

"...y las sombras,
el eco de las sombras"
Juan Rulfo

Un espejo desierto
refleja el
eco de mi sombra


y el fractal
deseo de
un instante
por detener
al infinito /

las cuerdas
silentes de
un piano roto

retumban
en mi oído

y vibran
incesantes /

las horas
perdidas
entre los
dedos

entre la llama
y el hielo

entre el dolor
y la sangre /

las huellas
que dejaron
tus manos

aún se ciñen
en la nada /

y el sonido
que era sombra


se refleja
en el espejo

se adormece
en mis oídos /

tañido
de mi cuerpo
___________

Murmullos del Páramo, o de lo sonoro en Rulfo

La ópera del compositor mexicano Julio Estrada, titulada Murmullos del Páramo, supone una adaptación del sonido que propone Juan Rulfo en su novela Pedro Páramo. A lo que me refiero es que la ópera de Estrada no es propiamente una adaptación "literaria", porque dentro de su obra, trata de interpretar una serie de elementos sonoros que componen la atmósfera (soundscape) que el escritor plasmó en su fantástica historia. Como lo cita el compositor en su website:

«Los textos de Juan Rulfo muestran su tendencia característica a convocar la presencia de lo sonoro a través de sus descripciones, sutiles sugerencias que parecen buscar un eco interior en la sensibilidad y memoria auditivas de cada lector. Leer Pedro Páramo es, desde la escucha íntima, una experiencia casi musical que tiene lugar al darse el juego entre las diversas sonoridades convocadas por la novela y la respuesta ante ellas. Ese mismo proceso dialéctico entre el texto de Rulfo y el oír individual es el germen de la ópera Pedro Páramo».


Hago esta recomendación, no sólo porque Murmullos del Páramo es una de las propuestas musicales más interesantes de los últimos años en México, sino también por el excelente elenco que ha representado esta ópera en diversas locaciones.

En la versión que tengo (interpretada en Stuttgart, Alemania), estos son los intérpretes:

Fátima Miranda (Doloritas)
Sarah Maria Sun (Susana San Juan)
Suzanne Leinz (murmullos de Susana)
Andreas Fischer (Pedro y Bartolomé)
Neue Vocalsolisten Stuttgart
Llorenç Barber (Ruidista)
Stefano Scodanibbio (Contrabajo)
Mike Svoboda (Trombón)
Ko Ishikawa (Shô)
Magnus Andersson (Guitarra)
Guillermo Anzorena (Miguel)
Julio Estrada (director musical, voz de Abundio)
Sergio Vela (dirección escénica)

Algunas voces hacen representaciones textuales de algunas partes fundamentales de la novela, pero resulta singular el despliegue de sonidos, especialmente los que realizan Fátima Miranda y Fischer (con su voz), Scodanibbio (al contrabajo), Svoboda (con el trombón), Ishikawa (con el organillo Shô), y quizá de manera fundamental Llorenç Barber (que con diferentes elementos crea sonoridades durante gran parte de la obra).

Sin duda ésta no es una ópera convencional, por lo que quizá resulte un poco extraño para el escucha acostumbrado a la ópera tradicional. En lo personal creo que estas representaciones tienen un gran valor; no sólo por la calidad de su realización, sino porque por sí misma, la obra de Julio Estrada tiene su propio peso en el panorama musical contemporáneo.

Links de Interés

Website de Julio Estrada, donde hay más detalles de esta obra: http://julioestrada.net/?page_id=21

En esta página, que es el podcast de Zael Ortega (Artes Electroacústicas), podrán escuchar el programa radiofónico dedicado a Murmullos del Páramo de Julio Estrada, así como fragmentos de la obra: http://arteselectroacusticas.podomatic.com/entry/eg/2006-12-10T14_07_50-08_00

Nota
Otro disco interesante, dedicado a Juan Rulfo, y editado hace no mucho tiempo por Quindecim, es Rumor de Páramo, en el que la pianista Ana Cervantes pide a diversos compositores de varios países (la mayoría mexicanos), que realicen una composición pianística, con reminiscencias Rulfianas. Los resultados son muy interesantes, y eclécticos, ya que la manera en que cada compositor aborda el tema es muy personal, sin embargo, me parece que cada uno cumple su cometido. Esta es la lista de compositores que participan en este disco (con la nacionalidad incluida):

Georgina Derbez (México)
Charles B. Griffin (EUA)
Jack Fortner (EUA)
Tomás Marco (España)
Horacio Uribe (México)
Eugenio Toussaint (México)
Vicente Barrientos (México)
Anne Lebaron (EUA)
Federico Ibarra (México)
Carlos Cruz de Castro (España)
Mario Lavista (México)
Stephen McNeff (Reino Unido)

domingo, julio 08, 2007

Al Piano en Silencio

A David Tudor


Un pianista
de alta estampa se
sienta ante el piano
como un gélido
hielo

cierra la tapa
del piano
y activa
al silencio

[33 segundos después]

abre y cierra
la tapa
del piano

la gente murmura
en sus asientos

[2 minutos 40 segundos
después]

abre y cierra
la tapa
nuevamente

para callar
los tosidos
deambulando
entre el
silencio

[1 minuto 20 segundos
más tarde]

el pianista
abre la tapa
del piano

los aplausos
no callan
al silencio
reinante