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viernes, mayo 29, 2009

Fragmento de "La Ignorancia"* (Milan Kundera)


[Ver también Kundera sobre Schoenberg]

Ya en 1930 [Schoenberg] escribía: «La radio es un enemigo, un despiadado enemigo que avanza irresistiblemente y contra la que toda resistencia es vana»; la radio, «sin sentido alguno de la medida, nos atiborra de música (...), sin preguntarse si queremos escucharla, si tenemos la posibilidad de percibirla», de tal manera que la música pasa a ser un simple ruido, un ruido entre otros ruidos.

La radio fue el pequeño arroyo en el que todo empezó. Llegaron después otros medios técnicos para reproducir, multiplicar, aumentar el sonido, y el arroyo se convirtió en un inmenso río. Si antaño se escuchaba música por amor a la música, hoy aúlla constantemente por todas partes «sin preguntarse si queremos escucharla», aúlla por altavoces en los coches, en los restaurantes, en los ascensores, en las calles, en las salas de espera, en los gimnasios, en las orejas taponeadas por los walkman; música reescrita, reinstrumentada, acortada, desgajada, fragmentos de rock, de jazz, de ópera, flujo en que todo se entremezcla sin que se sepa quién es el compositor (la música convertida en ruido es anónima), sin que se distinga el principio del fin (la música convertida en ruido no sabe de formas): el agua sucia de la música en la que muere la música.
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Kundera, M. (2005). La Ignorancia. Maxi Tusquets. Fragmentos tomados de las páginas 147 y 148.

... y es que los sonidos son promiscuos, pues fornican con todos los oídos.

Sonidos promiscuos

viernes, enero 02, 2009

De cronopios y silencios

Si Xenakis es un cronopio para días secos y apolíneos[1], quizá John Cage sea un cronopio para escuchar en un momento azaroso y dionisíaco.



El vacío habla en silencio

como nada
             nace la nada
                              de la nada
                                            y en silencio
                                                            cabe el silencio
                                                                              en el silencio
                                                                                            de un vacío
                                                                              nutrido de nada
                                                            o de silencio
                                            que se calla
                              para no decir
             nada y vacío
vacuo rumor

en eterno estado silencioso

Aluisvaz

Imaginary Landscape No. 1

Los ruidos de John Cage

NOTAS
1 [...y en vez de escuchar por ejemplo a Xenakis que es un cronopio para días secoes y apolíneos... pág. 169] Cortázar, J. (1967). La Vuelta al día en ochenta mundos, vol. 2. Melancolía de las maletas. Siglo XXI Editores.