martes, diciembre 26, 2006

Los Proxenetas de la Cultura en México

Por Luis Álvarez Azcárraga (luisalvaz@gmail.com)


El Réquiem de Mozart es la obra litúrgica por antonomasia, las singulares características de su composición, y su dramatismo la han convertido en una obra universal. El que estudiantes e instrumentistas mexicanos la hayan usado como protesta en contra del presupuesto presentado por el ejecutivo a la cultura, el pasado 13 de diciembre en la explanada del Palacio de Bellas Artes, no sólo representa el sentir de los artistas con respecto a las decisiones gubernamentales, es también una clara metáfora a la condición en que las autoridades mantienen al arte y la cultura en nuestro país.

Para darnos una idea, pongamos un ejemplo, el actual presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, declaró de manera tajante que se incentivará al turismo (con un 37 % de incremento respecto a la partida anterior) como elemento principal para el desarrollo del mercado interno del país. Sin embargo, esto contrasta con el recorte asignado al presupuesto del año entrante al sector cultural (se reduce en aproximadamente 33 %, en relación a la partida anterior), en especial, a las áreas de arqueología, en donde existen de por sí enormes carencias. Si nos tomamos un poco de tiempo para reflexionar, caeremos en la cuenta de que uno de los principales atractivos turísticos en todo el territorio nacional son las zonas arqueológicas; es decir, si existe un recorte presupuestal en la investigación y preservación de éstas, ¿cómo es posible hablar del turismo como elemento principal para el desarrollo interno del país?, aquí encontramos la primera incongruencia de las afirmaciones hechas por el gobierno federal. El confinamiento del arte y la cultura a afiches banales por parte del gobierno, pone en tela de juicio la responsabilidad de las autoridades con respecto a la importancia que tendrá este rubro en todo el sexenio. Una vez más, desde las esferas más altas de la política nacional, se pone el ejemplo de lo que sucederá en todos los ámbitos de la sociedad. Mientras la administración de la cultura y las artes esté en manos de autoridades sin escrúpulos, el desarrollo en México se verá menguado una y otra vez.

La centralización de la cultura no es ninguna novedad. Tan sólo con recordar aquellos años en que José Vasconcelos, el gran bastión del arte (sobre todo el pictórico y literario), impulsó a los grandes muralistas que tanto añoran algunos (otros aún creen que el “camino único” de Siqueiros siempre estuvo destinado al fracaso). En cuanto a la música, Carlos Chávez mantuvo un control total de los estilos nacionalistas y vanguardistas del país, y como ejemplo claro de esto, el posterior olvido de otros compositores que enemistaron con la figura paternal de Chávez, como Julián Carrillo.

Como para recordar aquella guía que funge el Estado con respecto a la cultura, la obra cumbre del sexenio foxista para la cultura, fue la “megabiblioteca” que lleva el nombre del gran promotor de la cultura José Vasconcelos, todo un monumento a la grandilocuencia del anterior gobierno (incluso “José Luis Borgues” estaría orgulloso). Yo me pregunto cuántos artistas se habrán quedado sin su beca “FONCA” para costear este enorme proyecto, o de cuántos eventos artísticos nos habremos perdido, cuántas orquestas, agrupaciones, pintores, escritores, dramaturgos, etc., se habrán quedado sin ingresos para que el gobierno de Vicente Fox se vanagloriara con este escaparate de desfachatez. Carlos Monsiváis se refirió a este proyecto como una disculpa del gobierno foxista por el fracaso del programa “Hacia un país de lectores”, asimismo se refirió a la “megabiblioteca” como un edificio que corre el riesgo de convertirse en un elefante blanco, o un falaz testimonio de la política cultural de ese sexenio.

En lo personal, lo único que rescato del proyecto de la Biblioteca “José Vasconcelos”, es a su flamante director, el poeta Eduardo Lizalde, que es sin duda una de las plumas más destacadas de este país. Pecaré de ingenuidad, pero que el proyecto esté dirigido por quien alguna vez escribió: “Sordos, odiad este libro. Eso incrementará mis regalías”,[1] me produce cierto alivio.

Pero, el sexenio de Fox ha terminado, y así también (y con lágrimas en los ojos) el de Sari Bermúdez, quien le entrega al nuevo titular de CONACULTA, Sergio Vela, un tumultuoso y mal cimentado camino hacia los designios del arte y la cultura en México. En estos momentos sería inoportuno culpar a Sergio Vela por el recorte presupuestal asignado a su dependencia, sin embargo, le podemos reprochar que no sea capaz de reprobar esta asignación, como lo hizo el rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, con relación a la partida presupuestal de la Educación Superior pública. Sergio Vela, sin embargo, y a diferencia de su homóloga en el sexenio anterior, tiene una magnífica reputación, principalmente en la puesta en escena de grandes óperas del repertorio clásico en México, como “Fausto” de Gounod, “Turandot” de Puccini, “Salomé” de Richard Strauss, “Tristán e Isolda” y la “Tetralogía El Anillo del Nibelungo” de Richard Wagner. Por lo anterior, sonaría lógico que el desarrollo musical en México cobrara un nuevo auge.

Lucina Jiménez, reconocida gestora cultural, cree que el recorte presupuestal en la cultura pone en verdaderos aprietos a las instituciones culturales y declara: “Asumo que el nuevo presidente de CONACULTA, Sergio Vela, estará tomando acciones al respecto, pero no sé bien si esta reducción se inscribe en la política de austeridad que se propuso para todo el Gobierno”. La política de austeridad, del gobierno de Calderón, sin embargo, no está planteada como una política de desarrollo sustentable, como lo podemos observar en la mala planeación con respecto al supuesto crecimiento del turismo y la reducción del presupuesto para el saneamiento de áreas arqueológicas. Es bien sabido, además, que la promoción de la cultura y el arte es un mercado emergente en todo el mundo, a lo cual el gobierno no le ha sacado ningún provecho, en especial si el recorte presupuestal afecta también a la industria cinematográfica, siendo que el próximo año, al menos 4 mexicanos tendrán alguna nominación al Oscar, lo que representa publicidad gratuita, y la posibilidad de que el material nacional pueda ser exportado.

“Este martes 19 de diciembre, toma un arma peligrosa: ya sea un tambor, una flor, una guitarra, el libro preferido, una pluma, un pincel o un cuaderno; y sal al Ángel de la Independencia, para protestar contra el presupuesto asignado a la Cultura, a la Ciencia, a la Salud y a la Educación”, de esta manera se invitaba a participar en la marcha festival que tuvo como finalidad dialogar con la Comisión de Presupuesto, en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Los manifestantes gritaban consignas pidiendo que no se arreste a la cultura en nuestro país, además de que el presupuesto a la cultura sea por lo menos el mismo que se asignó para el 2006. La marcha, convocada especialmente por los trabajadores de la cultura, tuvo como mensaje principal “Arte sí, armas no”, “La cultura se ve, la cultura se siente”, “Aquí y allá, nuestra lucha seguirá”, “Calderón entiende, la cultura no se vende”. Los manifestantes se anunciaron como apartidistas, sin ninguna intención política, sino unidos a favor del arte y la cultura. Hubo varios cambios de recorrido, al final se tuvo que optar por hacer una parada en Bellas Artes, donde Paco Ignacio Taibo II se incorporó con el siguiente mensaje: “en la Cámara de Senadores no nos están esperando, nadie nos va a recibir…vámonos directo a la de Diputados y vámonos despacito…porque vienen un chingo atrás”. En San Lázaro los recibiría Emilio Ulloa, Presidente de la Comisión de Cultura de la LX legislatura, quien recibió la carta de los casi 5 mil manifestantes presentes en aquel evento.

Algo que llamó la atención, fue la movilización policíaca, superior a la destinada para las marchas de la APPO y los 400 Pueblos. Tal vez las autoridades le temen más a los libros que a los machetes. Pese a todo, y pese a quien le cueste escucharlo, hubo muchos rubros del arte y la cultura que no tuvieron representantes durante la marcha de protesta al presupuesto, lo que pone en entredicho la unión de los sectores artísticos, así como el compromiso de las grandes personalidades del arte para con los designios de éste en la sociedad, y como bien lo pone en duda Cultura en Red, ¿5,000 artistas, estudiantes y trabajadores del sector representan a todos los que integran los ámbitos artísticos y culturales del país?, yo no lo creo. Además, la petición, que es simplemente incrementar el presupuesto destinado a cultura en diez mil millones de pesos, no especifica a qué subsectores se va a destinar dicha cantidad. Si se trata de aumentar el presupuesto para hacer proyectos irrisorios, como la Megabiblioteca “José Vasconcelos”, lo mejor sería que ese dinero se destinara para otros sectores.

Muchos artistas y políticos hablan de la cultura y la educación como la panacea que necesita este país, sin embargo, no sólo se trata de aumentar arbitrariamente un presupuesto, sino de administrarlo de manera consciente. Gabriela Soto Villaseñor, docente y especialista en Educación Musical Escolar y Fiosioterapeuta, dice, al respecto de la educación en nuestro país: “En México, dentro del sistema escolar actual, existen muchos alumnos a quienes se les diagnostica déficit de atención o dificultades en el aprendizaje; difícilmente obtienen logros escolares y les desagrada el estudio. Al analizar los programas de enseñanza, vemos que éstos se concentran en el predominio de las inteligencias lingüística y matemática, dando mínima o nula importancia a las otras posibilidades de conocimiento. Ésta es la razón de que muchos alumnos no se destaquen en el dominio de las asignaturas académicas tradicionales y que, por lo tanto, no obtengan reconocimientos, diluyéndose así su aporte al ámbito cultural y social. Se piensa que han fracasado, cuando en realidad son los sistemas escolares los que están suprimiendo sus talentos, a cambio de privilegiar una única visión cultural, que hoy en día es la tecnológica”.[2]

El mensaje es claro, ratificar el compromiso de las autoridades y la sociedad para con la educación y la cultura, no sólo con el incremento presupuestal, sino justificando el mismo, y usarlo de manera razonable, para cubrir las necesidades indispensables y alcanzar las metas de desarrollo. La responsabilidad no sólo es de las autoridades, sino también de los artistas y gestores de la cultura, muchos de los cuales se han mostrado indiferentes a cualquier cosa que no esté dentro de los escenarios o sus proyectos personales. El arte no es una ficción, es algo que se vive. El arte debería ser democrático, no aristocrático; ser un modelo de vida, una cosmovisión; sin embargo, las decisiones del gobierno lo convierten en una afiche de aparador, en un acto deseable, pero lejano. La cultura no sólo nos ratifica como pueblo en este mundo, también nos hace humanos, hace palpables nuestros ideales; y a partir de éste aprendizaje, es como crecemos. El arte y la cultura no están en CONACULTA o en el INBA; y no lo digo como paradojas, sino como reflexión para aquellos que delegan el deber solamente a los representantes populares, a los que atajan con querellas políticas, lo que debería estar exento de política. José Clemente Orozco, Juan Soriano, y otros grandes artistas nos hablan de un arte sin ideología, sin una camiseta que abandere un pensamiento, ¿será esto posible?, ¿o tendré que seguir citando a Borges?... “quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas”… yo qué sé, tan sólo escribo lo que veo.

CODA. Mientras este artículo era escrito, en la Cámara de Diputados se ponían de acuerdo para repartir el presupuesto de egresos del 2007 (7 mil 725 millones 400 mil pesos fueron asignados al sector cultural). La cultura fue lacerada como siempre, los artistas ignorados, y los desplantes de los diputados no se hicieron esperar. El diputado tamaulipeco, Marco Antonio Bernal, mostró su despreció a la cultura —y su propia falta de ella— al pronunciar: “Para qué darle dinero a esa bola de jotos”. Ahora entendemos por qué los sectores más afectados por el nuevo presupuesto son, la cultura y la equidad de género. Si alguien quiere emitir alguna glosa —ya se aplaudiéndole o mentándosela— a este diputado, aquí les dejo su correo electrónico.
(andres.bernal@congreso.gob.mx)

[1] Lizalde, E. (1986). Antología Impersonal. Fondo de Cultura Económica: México.
[2] Soto, G. (2004). Pauta. Cuadernos de Teoría y Crítica Musical No. 92, Octubre-Diciembre 2004. La Música en los Procesos Cerebrales. CONACULTA: México.

1 comentario:

Ernesto dijo...

también es una lástima que este sea el primer comentario en un post tan relevante, de tanta importancia para nuestra nación en nuestra situación actual. yo también creo que la pobreza, falta de empleo y todos los problemas económicos no tienen su raíz en otra cosa sino en la pobreza cultural e intelectual. sin embargo, esto es casi imposible de entender para unas personas sin cultura, como las que nos gobiernan actualmente. recordemos a los judíos y a los griegos, que lograron dominar mucho tiempo y sobrevivir a pesar de naciones enemigas mucho más numerosas y poderosas, solo gracias a la conservación de su peculiar cultura.