Músicos
invisibles
los que
con manos
tangibles
suministran
vida a los
artilugios
autómatas
un cucú
que canta o
magnifica al
sonido que se
cruza en su camino
un carrusel
cabalga
la música
inflamada
la tristeza
de una pianola
preparada
cuerda a cuerda
o trino a trino
una chasquido
se convierte
en cinta
una lámina
que aguarda
el zumbido
de una mosca
el
métrico
pulsar
de los silencios
entre cada
sonido
el rollo
sucumbe
ante la
inercia
las notas
una
a
una
se
disipan
en
la
nada
2 comentarios:
Luis
Tu poema, cuando habla de los músicos que suministran vida a los artilugios autómatas, me trajo a la mente una pelicula canadiense: "El violín rojo" No sé ni por qué exactamente, pero me la recordó.
Saludos
Marichuy,
interesante, quizá sea cuando el niño está estudiando y su tutor le pone un metrónomo para que progresivamente vaya aumentando la velocidad de la pieza. En conjunción (metrónomo y violín) parecían un mecanismo de precisión. No sé si sea eso o alguna otra cosa en particular de la película, que en lo personal me gusta mucho.
Saludos
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