lunes, diciembre 26, 2005

Sobre la música y sus vicios

Al hablar de música es muy común preguntarse en qué nivel musical nos encontramos, o cuáles son los progresos actuales en música. Es una pregunta muy difícil de contestar porque hace años que la cuestión hace alusión a muchas contradicciones estéticas, que a la hora de evaluar el arte entran a escena con una serie de líneas paradigmáticas difíciles de evidenciar como verdaderas; a mi parecer todas merecen el beneficio de la duda, ya que como todo ámbito humano, son tan subjetivas como ambiguas.

La música actual, como cualquier tipo de arte, se encuentra invadida por la corriente minimalista (en la actualidad llegamos a escuchar hasta Rock minimalista). Al parecer el progreso no es lo primordial en estos momentos, ya que como muchos percatamos, la época de sucesos musicales de gran valía fue la que le sucedió a las Grandes Guerras, e incluso a la Guerra Fría, cuando compositores como Stockhausen, Boulez o Ligeti entraron a escena con sus aportaciones ininteligibles en el repertorio atonal, electrónico y polirítmico, claro está, cada uno en su faceta distintiva.

No sé que tan imprescindible sea precisar tantos datos, porque primero habría que hacer un análisis demasiado elaborado, sobre todo de las obras de los compositores contemporáneos, para corroborar sus aportaciones a la música. Es una tarea ardua, e implicaría un estudio totalmente interdisciplinario, porque supongamos que logre hacer un análisis armónico de obras de cierto periodo, pero esa es tan sólo una pequeña faceta que avala el progreso de las obras; recordemos que la estética musical se mide en parámetros que no están sujetos a reglas tan rígidas. La mayoría de las críticas musicales se hacen bajo un criterio muy personal, pero sin embargo debe estar muy concientizado ya que lo que se diga repercutirá de alguna manera en el ámbito académico. En la música sucede como en la llamada "cultura mediática", se suelen utilizar terminos demasiado peyorativos, o como los llamaría Umberto Eco: "conceptos fetiche" (el "Easy Listening" designado por los Franckfurtianos es un concepto fetiche, así como "Razón Instrumental"), que no necesariamente representan a un sector, o que son tan ambiguos que pueden dañar de manera irrevocable a un autor o intérprete. Somos muchos los que de manera indiscriminada hacemos críticas de interpretaciones, composiciones, sin percatarnos que tal vez no estemos siendo justos en los juicios emitidos.

Bueno, por el momento es todo, tal vez después realice otro pequeño comentario sobre algún tema en particular.

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